Retos generacionales

Muchas son las inquietudes y razones que despejaron el lugar para pensar con una apertura filosófica y plantear posibilidades que den vida a teorías que expliquen la vida y el mundo. Sin embargo y a pesar de todas estas posibilidades, el mundo que habitamos se mueve inmerso en un ambiente en el que claramente se percibe la ignorancia de uno mismo, no se sabe ni  quiénes somos, que además no hay quien tenga respuestas a nuestras preguntas, que nadie puede decirnos dónde está la verdad ni cómo encontrarla, pues la verdad absoluta ha desaparecido y las verdades, provisionales, sabemos bien son tan endebles como subjetivas. La incertidumbre y el desconcierto acechan en cada paso; se corre el permanente riesgo de aferrarse a opiniones y pautas establecidas que inmediatamente muestran su incapacidad para sostenerse por si mismas. Nos encontramos aferrados a pequeñas esclavitudes que llamamos libertades. Los hombres suelen vivir ignorantes de sí mismos, decia Spinoza. 

La pertenencia a este presente incluso a cualquiera horizonte temporal se ha vuelto conflictiva. Es difícil apelar a una doctrina que la sostenga. Por otra parte, la presencia de lo fugaz y efímero hace que las certezas se desmoronen y las prácticas cambien rápidamente. Aparecen entonces preguntas ante lo que antes se aceptaba y ahora genera inquietud, ciertos modos de resistirse a verdades instauradas que motivan por un lado pero que sin duda desafían el pensar, por el otro. Difícil momento nos toca vivir, como parte de una generación que ante todo debe afrontar una situación histórica que lleva arraigada en lo superficial de la sociedad,  la desintegración de sus miembros, la pérdida de cualquier esperanza hacia el futuro, pérdida que se refleja en la capacidad de creer y la carencia de proyectos de vida que surjan desde la creatividad y el respeto. 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en tu fondo sobre el final del texto.
Luego permiteme dudar en que no existen verdades en nosotros.
La verdad suprema o supremas son dificiles de llegar a ellas,pero luego hay infinidad de pequeñas verdades...que las ignoramos pero estan hay,yo trabajando por ejemplo hoy..jaja,todo el dia con una zada..al sol,me llenaba de ellas,mi movimiento con la zada se basa en esas realidades,el cansancio hace que me aleje de ella cada vez mas,pero en decimas de segundo durante el dia mi movimiento se basa en esas realidades para desenpeñar mi trabajo.Como otro trabajo cualquiera.
Luego el sol me calienta durante el dia con su verdad ya sabida por mi..por eso llevo el agua,jeje.
Conduciendo pasa lo mismo viajamos de una realidad a otra y asi sucesivamente en infinidad de ocasiones para trazar nuestra conduccion.
Subimos las escaleras sabiendo que realidad escojer para ese acto,son tantas las realidades que conocemos y les hemos quitado tanto valor a su veracidad no crees.
Y que razon tienes respecto a las nuevas generaciones ya puestas en dudas por ti mas de una vez.

Nos encontramos aferrados a pequeñas esclavitudes que llamamos libertades.

Genial esta frase Raquel.
Un beso y cuidate mucho.